Prisión preventiva para el policía que mató de un balazo por la espalda a un joven

 BERAZATEGUI

La víctima, de 19 años, se dirigía a su casa en bicicleta, junto a unos amigos. El efectivo policial argumentó que uno de los jóvenes tenía un arma de fuego. El delito es “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de fuerza de seguridad pública abusando de su función” prevé prisión perpetua.

Un juez dictó la prisión preventiva para un efectivo de la Policía Federa Argentina (PFA) acusado de asesinar de un balazo por la espalda a un joven de 19 años porque creyó que le habían arrojado una botella contra su auto y que pretendían robarle, hace un mes en el partido bonaerense de Berazategui.

Fuentes judiciales aseguraron a Télam que la medida recayó sobre Germán Emanuel Bentos (30), quien seguirá detenido por el delito de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de fuerza de seguridad pública abusando de su función”, el cual prevé la pena de prisión perpetua.Así lo dispuso el juez de Garantías 4 de Berazategui, Damián Véndola, quien avaló el pedido del fiscal de la causa, Daniel Ichazo.

En la declaración indagatoria, el acusado había reconocido haber estado en el lugar al momento del hecho y que disparó para defenderse de un intento de robo por parte de la víctima y quienes la acompañaban.

El efectivo dijo que ante esta situación, tras recibir el impacto de una piedra o botella contra el auto en el que se desplazaba, realizó disparos para amedrentar a los presuntos delincuentes aunque como estaba asustado no recordaba si tiró al aire o hacia el piso, dijeron los informantes.

El imputado indicó que él alcanzó a ver que uno de los jóvenes tenía un revólver y añadió que abandonó el lugar del hecho y no realizó la denuncia por temor a represalias ya que entre los involucrados identificó a un vecino suyo, detallaron los voceros.

Por su parte, el fiscal Ichazo estableció a través de varios testigos que el 24 de mayo último, alrededor de las 6.45, en las inmediaciones de avenida Varela y 114 B de Berazategui, el policía Bentos se hallaba a bordo de un Peugeot 207 rojo.

Mientras que Alan Maidana se dirigía en bicicleta a su domicilio junto a dos amigos cuando un adolescente salió de un pasillo y arrojó una botella al vehículo en el que circulaba el efectivo.

“El conductor del rodado detuvo la marcha, realizó unos cuarenta metros marcha atrás y descendió del vehículo, con un arma de fuego comenzando a efectuar detonaciones contra ellos, quienes empezaron a correr, en momentos en que Alan, quien se desplazaba en bicicleta, les pidió que se detengan, notando que emanaba sangre de su boca, cayendo al piso“, precisó Ichazo en el pedido de detención al que Télam tuvo acceso.

Los testigos coincidieron en que el policía efectuó entre cinco y seis disparos, uno de los cuales ingresó por la espalda de la víctima, del lado izquierdo del omóplato, y se alojó en la nuca, producto de un rebote en la columna.

“Teniendo en cuenta las características del orificio de entrada, las lesiones producidas y donde fue hallado el proyectil, se puede inferir que la trayectoria del mismo fue de atrás hacia adelante, de izquierda levemente hacia la derecha y de abajo hacia arriba”, detalló el informe de la autopsia.

Según el fiscal, uno de los testigos reveló que, a raíz del botellazo, Bentos “descendió del rodado reconociéndolo como su vecino, apoyó los brazos sobre el vehículo portando un arma de fuego y comenzó a efectuar detonaciones“.

Además, el adolescente que arrojó la botella declaró que “en la esquina estaban Alan y unos amigos, que venían de una fiesta”, tras lo cual tiró el envase pero aseguró que no le pegó al auto sino que tiró “para otro lado”.

“El coche hizo marcha atrás y se paró en la esquina de mi casa, un hombre se bajó del auto, y tiró como cinco o seis tiros y corrimos todos y yo me escondí detrás de una columna, y le dije a Alan que viniera conmigo, él estaba en la bicicleta, pero cuando miré ya tenía toda la cara sangrada en el piso y la cabeza también”, contó el chico.

Horas más tarde, Bentos fue detenido y se le secuestró una pistola calibre 9 milímetros marca Bersa Thunder provista por la fuerza con cargador, además del auto.

“De la pericia balística realizada sobre el arma secuestrada en autos se desprende que la misma posee inscripción de Policía Federal Argentina, es apta para efectuar disparos y siendo un arma reglamentaria de una fuerza armada, posee cargador para 17 municiones, pero solo tenía 13 proyectiles colocados“, explicó el funcionario judicial.

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