Jerónimo Batista Bucher, el argentino elegido como uno de los 100 líderes mundiales del futuro

Su obsesión con el medioambiente, un proyecto disruptivo y el discurso que dio frente a Ángela Merkel sacaron al joven estudiante argentino del anonimato para ponerlo en el meollo del escenario mundial.

Jerónimo Batista Bucher es el nombre del argentino que logró ser reconocido por dos de las universidades más importantes de los Estados Unidos. La universidad de Harvard y la MIT lo consideran dentro de la lista que integran los cien futuros líderes mundiales.

El científico e investigador es estudiante de dos carreras universitarias: Biotecnología e Ingeniería electrónica. Su nombre comenzó a resonar en los medios de comunicación luego de que brindara un discurso sobre el medioambiente frente a Ángela Merkel. En el año 2017 representó a Argentina en la Cumbre Mundial de Jóvenes en el G20 –con sede en Alemania-, donde estuvo trabajando en un Comité de Ambiente y Cambio Climático junto con delegados de las demás naciones que integraban ese grupo.

Allí, jóvenes líderes de todo el mundo plantearon las perspectivas de la juventud sobre el medioambiente. De todo el Comité, integrado por 70 estudiantes, fue elegido para que sea el que dé el discurso frente a quien fue rotulada por Forbes como la mujer más poderosa del mundo en el 2017.

La ciencia en la sangre y desde pequeño

Su devoción por el mundo científico comenzó desde muy pequeño, impulsado por la curiosidad y la necesidad de “saber”. Por eso, es preciso decir que el camino de Batista Bucher fue gestándose de a poco. Desde muy pequeño, desde estudiante en el colegio ORT, ya comenzaba a competir en olimpiadas de ciencia.

A través de estas competencias, Bucher llegó a competir nacionalmente e, incluso, representó a Argentina en olimpiadas regionales y a nivel mundial. Su curiosidad fue nutriéndose lentamente con diversas actividades y programas ligados a la ciencia en los que se inmiscuyó desde edad temprana.

Es así que, desde adolescente, el joven argentino ya había representado a Argentina en el terreno científico. De hecho, llegó a viajar a la India por una olimpiada internacional cuando tenía sólo 15 años de edad, donde compitió contra estudiantes de todo el mundo en diversos temas científicos, tanto en instancias teóricas como prácticas.

Bucher reconoce que fue la pasión lo que lo empujaba a formar parte de estos eventos desde corta edad. Por el mismo motivo, guiado por dicho estímulo, participó también en becas de investigación, instancias que lo fueron acercando de a poco al mundo en el que cual hoy se desenvuelve.

El reconocimiento

Su gusto por la ciencia se ha complementado con su preocupación por el medioambiente.  De hecho, cuando no se encuentra estudiando o en el laboratorio, destina su tiempo a la lectura de informes climáticos y problemas que ponen en jaque a la sustentabilidad del planeta.

Preocupado por esta situación, Jerónimo arrancó un proyecto cuando se encontraba en el último año de la escuela secundaria. Por aquella época –recuerda- puso su atención en la gran cantidad de vasos de plásticos que se desechaban cuando se utilizaban los dispenser de agua. Le preocupaba ver cómo los tachos de basura rebalsaban con esa cantidad de plástico que, luego, se convertirían en basura.

En consecuencia, comenzó a trabajar en una solución que generara una alternativa a esta situación. Empezó investigando materiales y también formas de producción.  Así, con trabajo, estudio y esfuerzo, Buchet logró su cometido de diseñar vasos biodegradables.

Las máquinas que producen esta clase de productos fueron diseñadas y armadas por él. Sin embargo, antes que todo, trabajó en el material que se utiliza para desarrollar este tipo de vasos: extracto de algas. Este material permite que se degraden en menos de dos semanas.  Los materiales que integran el vaso están pensados para que nutran a la naturaleza con fibras vegetales una vez que se degradan en la tierra o una maceta.

La investigación

Jerónimo Batista Bucher continúa trabajando en una alternativa al plástico y, a su vez, alienta a que se disminuya considerablemente el consumo de este material. De esta manera –y con este fin- elaboró un laboratorio de Desarrollo en la Universidad de San Martín, donde se busca acelerar todo este proceso de investigación y cambio de paradigma.

A partir de su desarrollo de vasos biodegradables, el argentino fue nombrado por Harvard y MIT como uno de los “100 Líderes del Futuro” a nivel global. En su viaje a Estados Unidos, donde fue convocado tras ser reconocido por ambos establecimientos, participó de debates en Cambridge junto a ganadores del Premio Nobel. Fue la primera vez que un argentino fue seleccionado para formar parte de la distinción de “Líderes del Futuro”.

 

 

 

 

 

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