Por qué volvió a subir el dólar libre y cuáles son los factores que pueden ponerle límite al alza

La divisa alternativa anota un alza de 190 pesos o 18,3% en mayo, muy por encima de la inflación esperada. En $1.230 se aproxima a su récord histórico de enero.

El dólar libre volvió a subir con fuerza ayer en 50 pesos o un 4,2%, a $1.230 para la venta. Se trata de su precio más elevado desde el 25 de enero ($1.245 al cierre) y próximo a su récord intradiario de $1.260 de aquel día, cuatro meses atrás.

La divisa informal acumula un alza de 190 pesos o 18,3% en mayo, por encima de la inflación estimada. Con un dólar mayorista en los 889 pesos la brecha cambiaria alcanza el 38,4%, la más amplia desde el 7 de febrero de 2024 (40,9%). La suba reciente también se trasladó a los dólares financieros, con un “contado con liquidación” otra vez en los $1.200, un máximo desde el 9 de febrero.

Varios motivos convergieron para la reciente disparada del dólar libre, que en mayo derrota a la inflación por primer mes desde octubre de 2023:

Baja de tasas. Detrás de la suba del dólar libre está el nuevo recorte de las tasas de referencia del Banco Central, dado el decidido sendero de reducción de la inflación. Con la tasa de política monetaria en el 40%, los bancos dejaron a la tasa para plazos fijos en un 3,3% mensual, por debajo de la inflación prevista. Así se desincentivan las colocaciones en pesos e, indirectamente, aportan más liquidez a la demanda de divisas.

Atraso relativo a la inflación. Hay que subrayar que el dólar libre vino perdiendo terreno contra la suba general de precios de 2024. En lo que va del año gana 205 pesos o 20%, contra una inflación cercana al 70%, por cuanto podría considerarse al reciente rebote como un ajuste de esa brecha.

-Más pesos disponibles. En los últimos dos meses la Base Monetaria creció en $5,4 billones o 51,4%, desde los $10,5 billones del 15 de marzo a los $15,9 billones del 15 de mayo. Y la circulación monetaria -principal componente de la base- aumentó en $1,6 billón o 20,5%, desde los 7,8 billones a los 9,4 billones de pesos. Al haber más dinero en la calle, tuna parte puede ir la demanda de divisas por los canales alternativos al “cepo” oficial.

“El hecho que las tasas en pesos se mantengan negativas en términos reales podría comenzar a despertar la demanda de activos dolarizados, lo que hace que la persistencia del cepo se prolongue. Asimismo, se continúa planteando un trade-off entre acumulación de reservas por parte de la autoridad monetaria y la contención de la brecha cambiaria. Sin el dólar blend, se dejaría de alimentar la oferta del contado con liquidación (CCL) con el 20% de la liquidación de las exportaciones, vector relevante junto con las restricciones cruzadas MULC-CCL en la moderación de la volatilidad del dólar libre”, detalló el análisis elaborado por los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, del IERAL de la Fundación Mediterránea.

“Corrida cambiaria es cuando el BCRA vende dólares en lugar de comprar y hasta ahora sólo viene comprando. Alarmar a la gente con la palabra corrida cambiaria es de mal intencionado”, expresó Marcelo Trovato, experto de Pronóstico Bursátil.

¿Hay techo para el dólar libre?

Más allá del sobresalto de estos días hay condiciones financieras que podrían ponerle un límite a esta disparada del dólar libre y de los financieros en el corto plazo.

1) Mayores liquidaciones del agro. Es evidente en las últimas ruedas un lento desempeño de la liquidación de exportaciones, cuando una mayor afluencia de divisas se esperaba por la cosecha gruesa. Los ingresos por exportaciones se están alineando en la zona de los USD 300 millones diarios, cuando en los meses de otoño es habitual que se sucedan ruedas con un volumen de operaciones en torno a los USD 600 millones en el segmento de contado del mercado de cambios.

Con la referencia de la soja en grano, que avanza un 8,4% en el último mes, las ventas podrían activarse y alcanzar los niveles previstos para esta época del año. Para el economista Gustavo Ber, en el presente cambiario “estarían contribuyendo las menores liquidaciones registradas en las últimas ruedas, lo cual condiciona el ritmo de compras del BCRA, más allá de que dicha dinámica debería ser transitoria en medio de la etapa de mayor estacionalidad”.

“Aún cuando el reacomodamiento de los dólares financieros viene siendo más intenso que en los anteriores recortes de tasas, en el actual contexto económico-financiero debería pronto encontrar un respiro, siendo la zona de los 1.200 pesos -con una brecha ya próxima al 35%- un nivel importante a monitorear para evitar que más agentes se inclinen por cerrar colocaciones en pesos y busquen cobertura a raíz de las implicancias en las expectativas”, explicó Gustavo Ber.

2) No hay impacto inflacionario. Según el analista financiero Christian Buteler, “al mirar la suba del dólar de estos días no podemos olvidar lo planchado que estuvo los últimos cuatro meses mientras el resto de los precios y servicios de la economía volaban -y siguen volando-”. A la vez, descartó un efecto inflacionario por la suba de los dólares alternativos: “Primero por la fuerte recesión que tenemos y segundo porque muchos habían establecido precios con una expectativa de un dólar más alto. Por ahora, y a estos niveles, no debería haber impacto en precios”.

3) La tasa le gana a la devaluación. Si bien es cierto que en los últimos seis meses la inflación le ganó a los rendimientos obtenidos por la colocación de depósitos a plazo fijo, también se reafirmó el compromiso del Gobierno de mantener el ritmo de suba del tipo de cambio oficial por debajo de los retornos en pesos. La reducción de las tasas del BCRA -cuatro recortes en poco más de un mes- no modificó esta expectativa.

“La reducción de la tasa de política monetaria también ha sido una señal en el plano cambiario: la tasa de interés actualmente se ubica 1,3 puntos porcentuales por encima del guarismo de devaluación mensual, mientras que dos meses atrás este diferencial se situaba en 4,7 puntos”, subrayó el informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.

4) Sigue firme el sendero fiscal. En los últimos años presionó a la suba del dólar, y de los precios de bienes y servicios en general, el financiamiento con emisión que el Banco Central le estuvo brindando al Tesoro para cubrir su déficit. Esta emisión espuria se interrumpió con la gestión de Milei y es una señal que influye en la toma de decisiones de los agentes cambiarios.

“Los primeros cinco meses los evaluamos bien en lo macro, especialmente por el ordenamiento de las cuentas fiscales y monetarias; pero regular en la micro ya que no hay medidas para detener la fuerte caída en el nivel de actividad. Tiene que haber mejoras en éste aspecto para que el apoyo que tiene de la sociedad no se le licúe. El Gobierno lo sabe, por eso dio marcha atrás a la liberación de los precios regulados y comienza a establecer los incrementos para cada uno de ellos, como método de ir poniendo pisos a la caída del poder adquisitivo del salario, algo que no es menor, porque el 66% de la Economía se mueve por consumo”, describió Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital.

“Ahora, a pesar de que ‘sentarse parcialmente’ sobre los precios regulados implica estirar los subsidios, los superávits fiscal y financiero no se negocian, por eso si la Ley Bases no se aprueba, igualmente Milei va a seguir adelante con la motosierra porque no va a ceder a las presiones de la clase política. Esto es lo que va a mantener a los inversores expectantes positivamente sobre el futuro de la Argentina”, apuntó Morales.

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