Asesinó a un joven, se jactó de haber matado a “un cheto” y lo condenaron a 27 años
Se trata de Lucas Axel Ezequiel Tevez, autor de los delitos de “homicidio cometido con arma de fuego, portación ilegal de arma de guerra, resistencia a la autoridad en concurso ideal con abuso de arma doblemente agravado y encubrimiento agravado”.
Un tribunal de San Martín condenó a 27 años de prisión a un hombre que en 2016 asesinó de un balazo a un joven de 18 años en la puerta de su casa de la localidad bonaerense de Los Polvorines y luego se jactó en su barrio de haber “matado a un cheto”, informaron fuentes judiciales.
El fallo fue dictado este martes por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de San Martín en relación al homicidio de Facundo Gutiérrez (18) ocurrido el 20 de junio de 2016 en la mencionada localidad del partido de Malvinas Argentinas.
El condenado es Lucas Axel Ezequiel Tevez (24), a quien los jueces Gustavo Varvello, Julián Descalzo y German Saint Martin consideraron autor de los delitos de “homicidio cometido con arma de fuego, portación ilegal de arma de guerra, resistencia a la autoridad en concurso ideal con abuso de arma doblemente agravado y encubrimiento agravado”.
Tevez acumuló en la sentencia todos esos delitos porque aparte de la causa por el homicidio de Gutiérrez, fue condenado por haberse tiroteado cinco días después con la policía cuando lo detuvieron en su domicilio de la localidad de Adolfo Sordeaux y le secuestraron el arma homicida, que era una pistola 9 milímetros robada a un policía de Pilar.
La investigación y el fallo
Según el fallo, al que accedió Télam, el hecho ocurrió a las 19 del 20 de junio de 2016 cuando Gutiérrez llegaba a su casa de la calle Mozart al 2000 de Los Polvorines y guardaba marcha atrás su automóvil Renault Scenic.
Siempre según lo acreditado en el debate oral, Tevez bajó armado de un auto, en el que llegó con un cómplice que actuaba de chofer y nunca fue identificado, y le efectuó con una pistola 9 milímetros un disparo que impactó en la zona abdominal de la víctima y le ocasionó la muerte, tras lo cual huyó del lugar.
El caso se investigó desde el inicio como un crimen que se dio porque el joven intentó evitar un robo, pero no hubo testigos directos y los delincuentes no llegaron a robarle nada.
La fiscal de juicio, Roxana Cuttitta, le imputó a Tevez un homicidio agravado por el uso de arma y por alevosía, y pidió prisión perpetua, aunque el TOC 7 no coincidió con esa calificación.
En tanto, el abogado Jorge Cancio, que representó como particular damnificada a la familia de la víctima y además es el subsecretario de Seguridad del municipio de Malvinas Argentinas, intentó llegar a la pena de prisión perpetua con una calificación aún más compleja, la de un “homicidio por placer y odio de clase”.
La pista determinante
La pista que llevó a los investigadores a detener a Tevez el 25 de junio de ese año –a cinco días del hecho-, surgió de dos vecinas del imputado que se presentaron de manera espontánea ante la policía para contar que habían escuchado de boca del ahora condenado que se jactaba de haber asesinado a “un cheto de Los Polvorines”.
Las dos testigos clave ratificaron en el juicio que el mismo día del crimen pero en horas de la noche escucharon decir eso a Tevez -a quien conocían en el barrio con el apodo de “Lechu”-, y que más tarde, cuando vieron en televisión que habían asesinado al joven Gutiérrez en Los Polvorines, lo asociaron a ese comentario y fueron a denunciarlo a la comisaría.
Cuando a una de esas testigos le preguntaron por qué cree que Tevez diría eso, contestó: “Para darte miedo”.
“Gente como este asesino cree que matar a un joven estudioso y trabajador como Facundo les daba cierto status en su barrio”
JORGE CANCIO, ABOGADO
“Facundo no era ningún cheto. Era un muchacho de clase media que había terminado el secundario, adelantó el UBA 21 y trabajaba en su colegio en cuestiones de informática y ayudaba como preceptor”, contó a Télam el abogado Cancio.
Esa denuncia de las vecinas fue la que orientó la investigación y terminó con Tevez detenido, aunque en el operativo de captura, en Adolfo Sordeaux, disparó contra la policía con una pistola 9 milímetros que, tras ser peritada, se determinó que era el arma de donde había partido el balazo con el que fue asesinado Gutiérrez y una de las pruebas clave que condenó al imputado.
Además, esa pistola Bersa había sido robada por cuatro motochorros el 4 de marzo de 2016 a un policía bonaerense en la localidad de Manuel Alberti, partido de Pilar.
Pese a que Cancio argumentó en su alegato el supuesto agravante del homicidio “por placer y odio de clase”, los jueces del TOC 7 no estuvieron de acuerdo con la calificación y condenaron a Tevez por el homicidio, pero sin ninguno de los agravantes propuestos por los acusadores para una prisión perpetua.
“Gente como este asesino cree que matar a un joven estudioso y trabajador como Facundo les daba cierto status en su barrio. Intentamos la figura del placer y odio de clase, pero los jueces no lo entendieron así. Igual la familia está conforme con los 27 años de condena y esperamos que la cumpla entera en prisión”, agregó Cancio.
Agencia : Telam
- Fuente: